DEL MIRAR
por Josefina Núñez
Síntesis y representación. O al revés. El que se presta al oficio de apuntar lo que mira, reduce a pocos trazos un universo perceptivo. Podemos creer que esas líneas existen de antemano, pero no es así. Acaso existen solo en potencia. El arte sucede. Aparece y detiene el tiempo. Mirar es asistir por brevísimos lapsos de tiempo a otra condición de existencia. Mirar es recuperar una forma, integrar un espacio fragmentado. El que mira y lo mirado se encuentran entonces. Chispean, chocan, se seducen en una lucha feroz, reveladora, de la que no se sale sin consecuencias. A veces con algo en la mano para llevar al oficio y el deseo en vilo de no perderlo.
En la muestra Lo andino*, las dos miradas, la de Yolanda Sucre y la de Mercedes Carvallo recorren esa larga cordillera que, como una inmensa joya, cuelga por un costado de la América del Sur. Abordan su topografía como entorno físico y espacio de la memoria. Lugar tangible, habitable y a la vez mítico.
Ambas artistas se valen de la fotografía saturada hacia el grano contrastado, gráfico, cercano al dibujo. Sucre encuentra una luz casi mística. Blancos puros y negros terciopelo. Carvallo tantea en transparencias de color que diluyen la nitidez del paisaje en atmósferas, en texturas.
Sucre contempla el perfil de la montaña, la piel rugosa de la casa, sus muros y techos. Casa andina, sí, pero también ámbito particular, casa rota. Carvallo recorre el traje vegetal del páramo, sus cielos y curvas sinuosas. Un vagar que bien recuerda la definición que Montaigne da al ensayo.
Sucre elabora una serie de collares compuestos por uno o varios módulos con motivos impresos en canvas, armados luego en volumen y pespunteados en sus contornos. La joya se muestra como integración de objeto-imagen-relato.
Carvallo esmalta, por una parte, cuencos de diversos diseños (la montaña invertida, cóncava, contenedora), con discos adicionados magnéticamente, y por la otra, fracciona ese paisaje en cuentas consteladas. Lugar inabarcable y esparcido. Lugar bajo el color y sus impresiones. Lugar que animado por su hacer, transcurre, abarca un recorrido, concita un viaje.
Coser y constelar. Pasar el hilo, enhebrar. Dos tareas del mirar, de apropiarse de una realidad y su extrañeza. Mirar es mirar por primera vez, aprehender la realidad. Es lo que en definitiva enseña el arte. Cuando se habla de encontrar la voz propia, ¿no resulta ella de una manera de mirar?
Yolanda Sucre
Yolanda Sucre
Yolanda Sucre
Yolanda Sucre
Yolanda Sucre
Mercedes Carvallo
Mercedes Carvallo
Mercedes Carvallo
Mercedes Carvallo
Mercedes Carvallo
Mercedes Carvallo
Mercedes Carvallo
Mercedes Carvallo
*Exposición simultánea realizada en dos salas: Secadero 1, Hacienda La Trinidad, Caracas y en Cesta República, calle Válgame Dios 6, Madrid.
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