La joyería contemporánea
se pronuncia
Por Tony Greenbaum
Foto 1. A la izquierda Helen Williams Drutt con aretes
collar, broche, brazalete y anillo de su colección privada. Foto: Andrea
Baldeck. A la derecha: Gijs Bakker. Broche “Waterman
“1990 PVC, fotografía y diamantes 152 x 67 x6mm Museo de Bellas Artes de
Houston, Colección Drutt. Foto; Artis/ARS NY.
A través de la historia, la joyería ha sido el indicador social y un amuleto usado para realzar el encanto sexual, para la ceremonia o para el ritual. Con el tiempo, la fabricación de joyería evolucionó en artesanía fina, en gran parte creada a partir de metales y piedras preciosas, tradición que aún se mantiene. Sin embargo, un grupo pequeño pero dedicado de conocedores busca un tipo de joyería llamada "contemporánea", que, como la pintura y la escultura, es un vehículo para la expresión estética. Su valor puede provenir de la exploración de ideas, las nuevas tecnologías, y la incorporación de temas de actualidad e incluso comentarios. A veces el trabajo es conceptual, incluso provocativo y a menudo es muy hermoso. Gran parte de ella se destaca por el uso de materiales inesperados como el acero, madera, plástico, debris, textiles, fotografías, e incluso taxidermia.
Varios museos se especializan en la joyería desde la prehistoria hasta la actualidad pero, la inclusión de joyas contemporáneas en los museos de joyería sólo permite una comparación limitada con otras eras, lugares y / o formatos. El ubicarla en instituciones más amplias, dentro del contexto de la pintura, la escultura y el diseño, facilita los análisis interdisciplinarios; y los directores y curadores de los museos enciclopédicos están cada vez más interesados en la joyería contemporánea. Maxwell L. Anderson, ex director de Eugene McDermott en el Museo de Arte de Dallas, califica a la joyería contemporánea como "un género irresistible dentro de los contextos más amplios de la pintura y la escultura".
El formidable, aunque pequeño, grupo de coleccionistas que ha puesto este campo en el centro de atención ha abogado por los creadores, patrocinado galerías, financiado exposiciones ambiciosas con catálogos eruditos, y apoyado otras publicaciones. Han acumulado colecciones considerables que, aunque cada una es diferente y muy personal (como sería la joyería), representan algunos de los logros más significativos en el campo. Ahora, un número significativo de estos coleccionistas está ayudando a algunos de los museos más importantes del mundo a construir sus colecciones en este campo.
Construir colecciones a base de regalos importantes constituye un camino ya transitado por los museos. Pero la joyería contemporánea es un área comparativamente nueva de investigación y adquisición para los museos -y única para el mundo de la colección moderna ya que la joyería es tan personal, que es un arte que se muestra mejor cuando está en uso. Y es así como la joyería es un arte íntimo, por lo que los coleccionistas a menudo aplican sus propios criterios al considerar una pieza. Por lo tanto, vale la pena entender quiénes son estos coleccionistas convertidos en clientes, ya que su gusto personal está configurando lo que el público sabrá acerca de la joyería contemporánea. Aquí hay una breve mirada a nueve colecciones de este tipo y las personas que las crearon.
Varios museos se especializan en la joyería desde la prehistoria hasta la actualidad pero, la inclusión de joyas contemporáneas en los museos de joyería sólo permite una comparación limitada con otras eras, lugares y / o formatos. El ubicarla en instituciones más amplias, dentro del contexto de la pintura, la escultura y el diseño, facilita los análisis interdisciplinarios; y los directores y curadores de los museos enciclopédicos están cada vez más interesados en la joyería contemporánea. Maxwell L. Anderson, ex director de Eugene McDermott en el Museo de Arte de Dallas, califica a la joyería contemporánea como "un género irresistible dentro de los contextos más amplios de la pintura y la escultura".
El formidable, aunque pequeño, grupo de coleccionistas que ha puesto este campo en el centro de atención ha abogado por los creadores, patrocinado galerías, financiado exposiciones ambiciosas con catálogos eruditos, y apoyado otras publicaciones. Han acumulado colecciones considerables que, aunque cada una es diferente y muy personal (como sería la joyería), representan algunos de los logros más significativos en el campo. Ahora, un número significativo de estos coleccionistas está ayudando a algunos de los museos más importantes del mundo a construir sus colecciones en este campo.
Construir colecciones a base de regalos importantes constituye un camino ya transitado por los museos. Pero la joyería contemporánea es un área comparativamente nueva de investigación y adquisición para los museos -y única para el mundo de la colección moderna ya que la joyería es tan personal, que es un arte que se muestra mejor cuando está en uso. Y es así como la joyería es un arte íntimo, por lo que los coleccionistas a menudo aplican sus propios criterios al considerar una pieza. Por lo tanto, vale la pena entender quiénes son estos coleccionistas convertidos en clientes, ya que su gusto personal está configurando lo que el público sabrá acerca de la joyería contemporánea. Aquí hay una breve mirada a nueve colecciones de este tipo y las personas que las crearon.
Foto 2: A
la izquierda Pieza de Stanley Lechtzin “Torque 22-D” gargantilla
1971. Plata Sterling y resina de poliéster 229x241x64mm. Museo de Bellas Artes
de Houston Colección Drutt. A la derecha Pieza de David Watking “Bisagra Bucle”
gargantilla con 3 barra 1974. Acrílico y Plata Sterling, 26.7 x 13.3x 1.3
Las contribuciones de Helen Williams Drutt son inestimables. Su objetivo declarado al perseguir la disciplina es "mantener la historia", no necesariamente construir una colección. Ella siempre ha buscado trabajos superlativos americanos e internacionales, no sólo para sus propios propósitos, sino también para orientar a otros, lo que logra a través de sus conferencias, escritos y más. En 1973 Drutt abrió una galería epónima en su ciudad natal, Filadelfia, cuyo foco principal eran las joyas contemporáneas. A través de la divulgación de la galería, su propio conocimiento, la reverencia de los artistas, y la perspicacia de su curaduría, Drutt logró un gran número de seguidores de la joyería contemporánea que de otra manera sería inconcebible.
En 2002 se cerró la Galería Helen Drutt y el Museo de Bellas Artes de Houston posteriormente adquirió más de 800 joyas de su pertenencia así como dibujos relacionados que datan de 1960 a 2006. En 2007 el museo organizó una exposición itinerante de aproximadamente 300 objetos, de los cuales 275 eran piezas de joyería. El libro que acompañaba, Ornament as Art: Avant-Garde Jewelry from the Helen Williams Drutt Collection, (Ornamento como Arte: Joyería de vanguardia de la colección de Helen Williams Drutt) junto con el libro de 1995 de Drutt, Jewelry of Our Time: Art, Ornament and Obsession (Joyería de nuestro tiempo: Arte, Ornamento y Obsesión), co-escrito con el fallecido Dormer, se han convertido en textos estándar sobre el tema. El difunto Peter C. Marzio, director del Museo de Bellas Artes de Houston, durante 28 años, escribió en un emocionante prefacio a Ornament as Art: "La Colección Drutt ataca a las categorías académicas tradicionales e históricas del arte. Este desafío subversivo nos obliga a abandonar ciertas formas convencionales de pensamiento y a redefinir las ideas de la escultura, la pintura, las artes decorativas, etcétera". Deseando fomentar la comprensión internacional mediante el intercambio de objetos hechos a mano, el año pasado Drutt fue responsable de la exposición Gifts from America: 1948–2013, (Regalos De América: 1948-2013) exposición que abarcó 74 obras entregadas al Museo Estatal del Hermitage en San Petersburgo, Rusia, en conmemoración del 250 aniversario del museo. Las obras fueron donadas por 43 artistas y mecenas, entre ellos Drutt, y contó con obras de 30 joyeros internacionales. Un signo notable de que este es un momento decisivo, es el deseo evidente del Hermitage, uno de los museos de arte y cultura históricos más antiguos y más grandes del mundo, de ampliar su compromiso de recolectar y exhibir arte aplicado en los siglos veinte y veintiuno, incluyendo joyas.
En 2002 se cerró la Galería Helen Drutt y el Museo de Bellas Artes de Houston posteriormente adquirió más de 800 joyas de su pertenencia así como dibujos relacionados que datan de 1960 a 2006. En 2007 el museo organizó una exposición itinerante de aproximadamente 300 objetos, de los cuales 275 eran piezas de joyería. El libro que acompañaba, Ornament as Art: Avant-Garde Jewelry from the Helen Williams Drutt Collection, (Ornamento como Arte: Joyería de vanguardia de la colección de Helen Williams Drutt) junto con el libro de 1995 de Drutt, Jewelry of Our Time: Art, Ornament and Obsession (Joyería de nuestro tiempo: Arte, Ornamento y Obsesión), co-escrito con el fallecido Dormer, se han convertido en textos estándar sobre el tema. El difunto Peter C. Marzio, director del Museo de Bellas Artes de Houston, durante 28 años, escribió en un emocionante prefacio a Ornament as Art: "La Colección Drutt ataca a las categorías académicas tradicionales e históricas del arte. Este desafío subversivo nos obliga a abandonar ciertas formas convencionales de pensamiento y a redefinir las ideas de la escultura, la pintura, las artes decorativas, etcétera". Deseando fomentar la comprensión internacional mediante el intercambio de objetos hechos a mano, el año pasado Drutt fue responsable de la exposición Gifts from America: 1948–2013, (Regalos De América: 1948-2013) exposición que abarcó 74 obras entregadas al Museo Estatal del Hermitage en San Petersburgo, Rusia, en conmemoración del 250 aniversario del museo. Las obras fueron donadas por 43 artistas y mecenas, entre ellos Drutt, y contó con obras de 30 joyeros internacionales. Un signo notable de que este es un momento decisivo, es el deseo evidente del Hermitage, uno de los museos de arte y cultura históricos más antiguos y más grandes del mundo, de ampliar su compromiso de recolectar y exhibir arte aplicado en los siglos veinte y veintiuno, incluyendo joyas.
Foto 3: A
la izquierda, Lois Boardman con collar titulado “Gane mis alas”, Pieza de alas de perico disecadas del artista Afke
Golsteijn 2013, foto de Miriam Künzli/Art Aurea. Derecha: Nancy Worden Guilding the Past cobre con baño de oro y
monedas de plata, hueso, coral, turquesa, bronce y algodón. 438x451x19mm. LACMA
regalo de Lois y Bob Boardman. Foto: Museums Associates/LACMA
La californiana Lois Boardman dice que su amistad con Drutt la condujo por ¨el ruinoso camino de coleccionar”. Sin embargo agradece a Drutt haberle enseñado la "diversión y maravilla" de perseguir la joyería contemporánea cuando se conocieron a inicios de la década de 1980. Boardman amasó su impresionante colección de más de 300 piezas, muchas de las cuales ella y su esposo Bob, están donando al Museo de Arte del Condado de Los Ángeles. Una exposición de selecciones, Beyond Bling (Más allá del brillo), se inauguró en octubre de 2016 y está acompañada por un catálogo.
Por el contrario a lo que uno podría pensar, la mayoría de los coleccionistas de joyas les atrae la provocación, el humor o la vanguardia, y Boardman es un excelente ejemplo. De hecho, ella le agrada la experimentación. Prueba de ello lo constituye el collar de huesos de pollo dorado mediante el proceso de fundición de la artista del estado de Washington Nancy Worden, titulado Gilding the Past o la pieza del artista de Virgina Susie Ganch, Static Orbital Model #3, una pieza para la cabeza en forma de una menorah. Boardman dice que incluso ha llevado piezas que van desde el collar con una gran amatista facetada centrada entre dos escarabajos de plata del joyero alemán Georg Dobler, hasta joyas de Costco. Su estrategia es trazar el desarrollo estético y técnico de cada artista que ella cree es fundamental para el campo comprando varias de sus obras, aunque admite que su preferencia personal es por las obras en oro.
Por el contrario a lo que uno podría pensar, la mayoría de los coleccionistas de joyas les atrae la provocación, el humor o la vanguardia, y Boardman es un excelente ejemplo. De hecho, ella le agrada la experimentación. Prueba de ello lo constituye el collar de huesos de pollo dorado mediante el proceso de fundición de la artista del estado de Washington Nancy Worden, titulado Gilding the Past o la pieza del artista de Virgina Susie Ganch, Static Orbital Model #3, una pieza para la cabeza en forma de una menorah. Boardman dice que incluso ha llevado piezas que van desde el collar con una gran amatista facetada centrada entre dos escarabajos de plata del joyero alemán Georg Dobler, hasta joyas de Costco. Su estrategia es trazar el desarrollo estético y técnico de cada artista que ella cree es fundamental para el campo comprando varias de sus obras, aunque admite que su preferencia personal es por las obras en oro.
Foto 4:
Carol Broadhead (1978) collar de Plata, Algodón y Nylon. 203x203x10mm. Museum of Art and Design , New York donación de Donna
Schneier. Foto John Bidelow Taylor
La ex residente de Nueva York Donna Schneier, quien también comenzó a coleccionar joyas contemporáneas en la década de 1980, elige las piezas por sus conceptos y en realidad viste muy pocas de ellas. A diferencia de Boardman, afirma que no tiene "gusto personal en la joyería", seleccionando cada trabajo con la habilidad de un curador y con el objetivo de documentar los objetos más autoritativos de los artistas más influyentes de la época. Schneier se sintió atraída inicialmente por el "adorno corporal" hecho en Inglaterra y Holanda en la década de 1980 a partir de materiales atípicos como papel, fibra, caucho, estaño y plástico. Ella compró varios ejemplos, los cuales exhibió en la oficina de un negocio de importación de joyería convencional de oro que dirigía. En 1997 donó una selección de estas obras de materiales no preciosos al American Craft Museum (hoy Museo de Artes y Diseño), el cual organizó una exposición y un libro alrededor de estas titulado Zero Karat. Luego, en 2007 y 2013, Schneier donó unos 132 ejemplares de joyas americanas y europeas contemporáneas al Metropolitan Museum of Art de New York. Al comentar el regalo, Jane Adlin, antigua curadora asociada del Departamento de Arte Moderno y Contemporáneo del Metropolitan, comentó: "Me encanta la joyería ... así que ... [Dije] veamos qué podemos hacer para fortalecer esa parte del [Metropolitan]…veo la joyería contemporánea como parte del diseño contemporáneo”. En la primavera de 2014 el museo organizó una exposición y un catálogo para acompañarla, Unique by Design, que destacó las obras maestras de los estadounidenses Thomas Gentille, Joyce J. Scott y William Harper, y los alemanes Hermann Jünger, Otto Künzli, y Dorothea Prühl, entre un conjunto de otros grandes joyeros internacionales.
Foto 5. Bruno
Martinazzi, “Goldfinger” 1969 Brazalete Cuff de oro amarillo de 20 quilates y oro blanco de 18 quilates, ancho 65mm. Museo
de Bellas Arte de Boston Colección Farago. Foto: Museo de Bellas Arte de Boston
La comodidad era un requisito para Daphne Farago cuando consideraba una pieza de joyería para su colección. Farago comenzó a coleccionar a finales de los años 1980 y posee muchas obras europeas contemporáneas estelares que ilustran la fertilización cruzada entre los joyeros americanos y europeos de finales del siglo XX, así como ejemplos de mediados del siglo XX diseñados por pintores y escultores internacionales. Pero su énfasis estaba en relacionar la historia de la joyería americana de estudio desde sus inicios alrededor de 1940 -con las poderosas joyas de cobre y plata de Alexander Calder - hasta su madurez a principios del siglo XXI. Nacida en Sur Africa, Farago hizo su residencia principal en Rhode Island, donde fundó el Daphne Farago Wing for Contemporary Art en el museo del diseño del museo de Rhode Island en 1993, una galería que ofrece exposiciones de la colección del arte contemporáneo del museo. Además, ha entregado más de 950 piezas de arte de estudio contemporáneo en una variedad de medios al Museo de Bellas Artes en Boston. Estos incluyen más de 650 piezas de joyería, muchas de las cuales se incluyeron en la exposición Jewelry by Artists: The Daphne Farago Collection una exposición que se desarrolló durante casi un año, de 2007 a 2008. Un catálogo, Jewelry by Artists in the Studio, 1940–2000: Selections from the Daphne Farago Collection, fue publicado por el museo en 2010. Los préstamos permanentes y las donaciones prometidas de Farago continúan incorporándose en el Museo de Bellas Artes de Boston.
Deedie Potter Rose y su difunto esposo, Edward W. Rose, han coleccionado pintura y escultura contemporánea, particularmente de América Latina. Esa colección está destinada al Museo de Arte de Dallas como parte de un esfuerzo para construir una fuerte presencia contemporánea en ese lugar. Deedie Rose descubre la joyería contemporánea accidentalmente a principios de los 1990, cuando encontró imágenes de dos broches geométricos de acero inoxidable de la artista checa Eva Eisler en un artículo de la revista. Ella persiguió a Eisler, y nunca volvió atrás. Comenta que al igual que el arte contemporáneo, la joyería contemporánea, te hace "pensar de maneras distintas".
Deedie Potter Rose ha donado varios trabajos al Museo de Dallas, incluyendo un collar de tubo de plástico delgado con sierras de joyero de acero imbuidas y un broche de manecillas de reloj de capas densas y plata oxidada, ambos realizados por el estadounidense Sergey Jivetin. Pero la contribución más generosa de Rose hasta la fecha es la Colección Rose-Asenbaum, que surgió a través de otro encuentro casual. En 2012, durante un viaje a Viena, donde ella y su marido estaban buscando muebles del Wiener Werkstätte, Rose fue introducida a una espectacular colección de más de 700 piezas de joyería internacional de luminarias que trabajan desde 1960 hasta la actualidad como el eslovaco Anton Cepka, el alemán Gerd Rothmann, el suizo Max Fröhlich y el italiano Francesco Pavan, que pertenecían al coleccionista austríaco, consultor y galerista Inge Asenbaum. Al año siguiente, Rose compró la colección de Asenbaum para el Museo de Dallas. Como dice Kevin W. Tucker, ex curador principal de Artes Decorativas y Diseño del Museo de Arte Margot B. Perot y ahora director del Museo del Movimiento Americano de Artes y Oficios en San Petersburgo, Florida, "La Colección Rose-Asenbaum ofrece resonancia especial con la colección de arte moderno y contemporáneo del Museo de Arte de Dallas, libre de las limitaciones habituales del diseño para la función práctica, estos artistas pudieron explorar cuestiones conceptuales, cuestionando no sólo el estilo y los materiales, sino el papel mismo de los objetos que estaban creando". Una selección de piezas de la Colección Rose-Asenbaum estuvo expuesta hasta finales de 2016 en Form/Unformed: Design from 1960 to the Present, una instalación de mobiliario icónico y objetos de las propiedad del Museo de Artes de Dallas.
Deedie Potter Rose ha donado varios trabajos al Museo de Dallas, incluyendo un collar de tubo de plástico delgado con sierras de joyero de acero imbuidas y un broche de manecillas de reloj de capas densas y plata oxidada, ambos realizados por el estadounidense Sergey Jivetin. Pero la contribución más generosa de Rose hasta la fecha es la Colección Rose-Asenbaum, que surgió a través de otro encuentro casual. En 2012, durante un viaje a Viena, donde ella y su marido estaban buscando muebles del Wiener Werkstätte, Rose fue introducida a una espectacular colección de más de 700 piezas de joyería internacional de luminarias que trabajan desde 1960 hasta la actualidad como el eslovaco Anton Cepka, el alemán Gerd Rothmann, el suizo Max Fröhlich y el italiano Francesco Pavan, que pertenecían al coleccionista austríaco, consultor y galerista Inge Asenbaum. Al año siguiente, Rose compró la colección de Asenbaum para el Museo de Dallas. Como dice Kevin W. Tucker, ex curador principal de Artes Decorativas y Diseño del Museo de Arte Margot B. Perot y ahora director del Museo del Movimiento Americano de Artes y Oficios en San Petersburgo, Florida, "La Colección Rose-Asenbaum ofrece resonancia especial con la colección de arte moderno y contemporáneo del Museo de Arte de Dallas, libre de las limitaciones habituales del diseño para la función práctica, estos artistas pudieron explorar cuestiones conceptuales, cuestionando no sólo el estilo y los materiales, sino el papel mismo de los objetos que estaban creando". Una selección de piezas de la Colección Rose-Asenbaum estuvo expuesta hasta finales de 2016 en Form/Unformed: Design from 1960 to the Present, una instalación de mobiliario icónico y objetos de las propiedad del Museo de Artes de Dallas.
Foto 6: A
la izquierda Marjan Unger con collar de Robert Smit “Sketch for Sleeping Beauty II” 1990. Foto de Michaël Ferron
Rijksmeseum , Ámsterdam de la colección Unger. A la derecha “Cara” 1994 de Paul Derrez , Plástico
aluminio y caucho 70x60x25mm Rijksmeseum , Ámsterdam de la colección Unger.
Foto: Rijksmeseum
La rica historia de la joyería de los Países Bajos es un tema sobre el que la historiadora de arte holandesa Marjan Unger ha escrito y ha dado conferencias, incluyendo Het Nederlandse sieraad in de 20ste eeuw (Joyería holandesa en el siglo XX) en 2004. En la celebración de su PhD, concedido por La Universidad de Leiden en 2010 para una tesis que aborda cuestiones teóricas relacionadas con la joyería, ella y su esposo, Gerard, donaron su colección de casi 500 piezas de joyas holandesas del siglo XX y XXI al Rijksmuseum de Ámsterdam. Aunque se concentraron en el período comprendido entre 1930 y 1970, la Colección Unger extiende las posesiones de joyería del museo hasta nuestros días, incluyendo ejemplos destacados de maestros contemporáneos como Paul Derrez, Robert Smit y Beppe Kessler. Unger no se dispuso a acumular tal grupo cuando empezó a comprar joyería holandesa moderna en 1980. En su lugar, empezó a adquirir a través de la emoción y el intelecto, afirmando que su "relación profesional" con la joyería se caracteriza por "curiosidad, complicidad y el emocionante sentimiento de enamorarse."
Foto 7: Felieke Van Der Leest “Incognitos Anónimos” 2011. Collar y objeto plata cuentas
de vidrio tejido, cuero, plástico . Ancho: 168mm, Alto: 50mm. CODA Apeldoorn. Donación
de Ronald Kuipers. Foto: Nasjonalmuseet/Frode Larsen
El coleccionista de arte holandés Ronald Kuipers fue introducido a la joyería contemporánea a través de arte. Después de su muerte en 2014, su familia donó su colección de joyas a CODA, un museo en Apeldoorn, Holanda. A través de este legado, CODA añadió a su ya excepcional colección de obras del fabricante holandés Evert Nijland y adquirió piezas significativas de Ruudt Peters, Felieke van der Leest y Jantje Fleischhut, del italiano Marc Monzó y de la australiana Helen Britton.
Desde 2004, una de las colecciones de joyas contemporáneas más impresionantes del mundo ha sido alojada en la Danner Rotunda, una galería dedicada a la joyería con el apoyo de la Fundación Danner dentro del Neue Sammlung-El Museo del Diseño en la Pinakothek der Moderne en Munich. La colección, consistente en un préstamo permanente de la Fundación Danner, así como donaciones privadas, fue inaugurada en 1995, cuando el joyero serbio Peter Skubic entregó 60 piezas - ninguna hecha por él - al museo en honor a su sexagésimo cumpleaños; al año siguiente, esta colección central fue reforzada por las aportaciones del joyero austríaco Sepp Schmölzer y de los joyeros alemanes Marianne Schliwinski y su marido, Jürgen Eickhoff, propietarios de la Galerie Spektrum de Munich.
Foto 8: Otto
Künzli “Big American” Collar de 1968 de Acero inoxidable. Neue Sammlung
Peter Skubic también desempeñó un papel fundamental en la colección de joyería de los austríacos Heidi y Karl Bollmann, una parte de la cual fue expuesta en MAK, el Österreichisches Museum für angewandte Kunst / Gegenwartskunst (Museo Austriaco de Arte Aplicado / Arte Contemporáneo) a principios de 2015. La colección Bollmann de más de 1.000 objetos comenzó en 1972, cuando Karl Bollmann heredó algunos diamantes y encargó Skubic para incorporarlos en una joya para Heidi Bollman. Bollmann cree que la joyería posee "validez universal" en la comunicación de pensamientos y sentimientos. Los Bollmann consideran la exposición MAK y su espléndido catálogo, Joyería 1970-2015: Colección Bollmann, como un "agradecimiento" a los creadores que han enriquecido sus vidas.
Los suizos Sonja y Christian Graber donaron recientemente una colección que aborda en profundidad las joyas y objetos de su compatriota Bernhard Schobinger a la Kunsthaus Zug in Zug, Suiza, junto con fotografías de la esposa, artista de video y fotógrafo Annelies Štrba de Schobinger y pinturas de Adrian Schiess de Zúrich. Conocido por su joyería paradójica hecha de materiales preciosos y basura, Schobinger crea trabajos que son simultáneamente confrontativos y místicos Muchas de las obras fueron publicadas por primera vez en el catálogo que acompañó la exposición Adrian Schiess, Bernhard Schobinger, Annelies Štrba: El regalo de las colecciones de Graber, que se celebró en el museo en el otoño de 2015.
Gracias a la acogida entusiasta de numerosos museos y la generosidad de su creciente coleccionismo, la joyería contemporánea tiene una plataforma pública. Cuando se les preguntó sobre la importancia de las colecciones de joyas contemporáneas y los coleccionistas que las facilitan, Glenn Adamson, director de Nanette L. Laitman en el Museo de Artes y Diseño, dijo: "Una de las razones por las que premiamos tanto a la joyería en MAD es por la manera en que se concentran las ideas de un artista en una forma tan condensada. La oportunidad de construir una colección definitiva de estos objetos es aún más poderosa, porque demuestra la enorme gama de posibilidades del medio. Y al final del día, los museos y coleccionistas están trabajando juntos para alcanzar este objetivo compartido, para comunicar y preservar el trabajo de los artistas que respetamos enormemente".
Reproducido con el permiso de la Revista Moderne y la autora.
Los suizos Sonja y Christian Graber donaron recientemente una colección que aborda en profundidad las joyas y objetos de su compatriota Bernhard Schobinger a la Kunsthaus Zug in Zug, Suiza, junto con fotografías de la esposa, artista de video y fotógrafo Annelies Štrba de Schobinger y pinturas de Adrian Schiess de Zúrich. Conocido por su joyería paradójica hecha de materiales preciosos y basura, Schobinger crea trabajos que son simultáneamente confrontativos y místicos Muchas de las obras fueron publicadas por primera vez en el catálogo que acompañó la exposición Adrian Schiess, Bernhard Schobinger, Annelies Štrba: El regalo de las colecciones de Graber, que se celebró en el museo en el otoño de 2015.
Gracias a la acogida entusiasta de numerosos museos y la generosidad de su creciente coleccionismo, la joyería contemporánea tiene una plataforma pública. Cuando se les preguntó sobre la importancia de las colecciones de joyas contemporáneas y los coleccionistas que las facilitan, Glenn Adamson, director de Nanette L. Laitman en el Museo de Artes y Diseño, dijo: "Una de las razones por las que premiamos tanto a la joyería en MAD es por la manera en que se concentran las ideas de un artista en una forma tan condensada. La oportunidad de construir una colección definitiva de estos objetos es aún más poderosa, porque demuestra la enorme gama de posibilidades del medio. Y al final del día, los museos y coleccionistas están trabajando juntos para alcanzar este objetivo compartido, para comunicar y preservar el trabajo de los artistas que respetamos enormemente".
Reproducido con el permiso de la Revista Moderne y la autora.
Foto 9: A
la izquierda Habicht pieza en madera
de olmo de Dorotea Prühl 2006. A la derecha Karl Bollman con Broche Grafiti de
Annamaria Zanella, 1990-1999
Toni Greenbaum es una historiadora del arte que se especializa en joyería y metalistería de los siglos XX y XXI. Ha escrito innumerables artículos de revistas, capítulos de libros y catálogos de exposiciones, y es autor de Messengers of Modernism: American Studio Jewelry, 1940-1960. Ella enseña internacionalmente y enseña Teoría y Crítica de Joyería Contemporánea en el Pratt Institute en Brooklyn, Nueva York.
Retrato: Wesley Greenbaum.
Traducción: H.N
Gracias Barbara Magana por las correcciones de estilo.
La joyería contemporanea va desde lo estético, hasta lo cultural, por ejemplo desconocía que existieran empresas como https://www.siemprepresente.es/ que ofrecen joyeria para guardar cenizas o mementos de familiares.
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