" Desde niña siempre me gustó hacer lo que llevo puesto, la ropa, los adornos. Siempre me encontraba cosas y me las colgaba. Más adelante, cuando estaba estudiando diseño de indumentaria, me topé con el concepto joyería contemporánea y comencé a buscar qué significaba y quiénes eran sus referentes: Aluciné. Creo que la joyería permite un cruce interdisciplinario, que dialoga con el cuerpo y el espacio, que puede ser todo o puede ser nada."
Después de la euforia: Entrevista a Jessica Morilo
Por: Gela Mederos
Por: Gela Mederos
Foto: Julio Gutiérrez
Conocí a Jessica en el día inaugural de su exposición Ebullición en el Museo de Arte Popular José Hernández. Había obtenido el primer premio en la Primera Bienal Latinoamericana de Joyería Contemporánea, que tuvo lugar entre los meses de Agosto y Septiembre de 2017 en Buenos Aires.
No debe haber sido casualidad que para la misma época también conocí, virtualmente, porque ahora las cosas son así, a Andreína Rodríguez-Seijas de Elementum Joya quien colabora con Art Jewelry Forum , Klimt 02 entre otros y que además resultó ser mi paisana.
Hablando entre colegas sobre lo que se hace en joyería contemporánea en Argentina y en Venezuela (si amigos, en Venezuela sigue habiendo actividad en el campo de las artes a pesar de la situación y gracias a personas entusiastas como Andreína Rodríguez-Seijas) salió a relucir el tema de la mencionada bienal y, por supuesto, el nombre de Jessica Morillo, su sello Ansiosa Hormona y su muestra Ebullición.
La distancia no le permitía a Andreína venir a la exposición individual donde Jessica desplegaba todo su talento y demostraba por qué había resultado ganadora en la bienal, entonces me propuso entrevistarla. Fui a la inauguración a conocerla, saber un poco más sobre su obra y proponerle un encuentro.
Por esos días Jessica andaba muy atareada con actividades relacionadas con la muestra, lo que hizo imposible reunirnos. Así que la entrevista se realizó vía correo electrónico, porque ahora las cosas son así. He aquí lo que nos contó.
Jessica es una persona efusiva, expresiva, apasionada y sensible que produce una obra sensual, femenina de formas voluptuosas, que evocan lo carnal, lo uterino y lo íntimo.
Líneas, formas y orificios que se tensan y relajan junto con la manipulación del material en sus manos, lo textil, el cosido, el bordado el entorchado resulta en piezas enigmáticas que producen fascinación y muchas ganas de ponérselas.
¿Qué está en ebullición?
Nuestro cuerpo, las relaciones humanas, las calles, la lucha que venimos llevando, el sector social oprimido, las mujeres, los trabajadores, la comunidad LGBTI, especialmente el sector trans que tiene como promedio de vida los 35 a 40 años.
Foto: Julio Gutiérrez
¿Cómo es tu proceso de trabajo?
Creo que cada vez es diferente, depende de las propuestas que vaya a encarar. Lo que generalmente suelo hacer es comenzar varios proyectos de manera paralela, me sucede que me aburro si estoy con uno solo.
El proceso creo que comienza cuando aparecen la inquietud, la emoción, la imagen que se instala en mi cabeza. Puedo estar en mi casa, viajando o en una marcha.
Me interesa producir mi propio material. Es por eso que reutilizo textiles con memoria. Puede ser personal o colectivo, de personas cercanas o ajenas.
¿Cuáles son tus influencias?
Muchas. Lo que sucede en la sociedad, mis experiencias personales influencian mi trabajo. También artistas a los que admiro mucho, Louise Bourgeoise, Nicola Constantino, Francisca Kweitel, León Ferrari, el Grupo Etcétera.
¿Por qué eliges la joyería para expresarte?
Desde niña siempre me gustó hacer lo que llevo puesto, la ropa, los adornos. Siempre me encontraba cosas y me las colgaba. Más adelante, cuando estaba estudiando diseño de indumentaria, me topé con el concepto joyería contemporánea y comencé a buscar qué significaba y quiénes eran sus referentes: Aluciné. Creo que la joyería permite un cruce interdisciplinario, que dialoga con el cuerpo y el espacio, que puede ser todo o puede ser nada.
Foto: Julio Gutiérrez
¿Cuáles son las interrogantes que quieres que el espectador o usuario de tus piezas se haga? ¿Qué qieres despertar?
¿Qué sucede con esa pieza que van a adquirir ¿por qué tomaron esa y no otra?
Quiero despertar la emoción, la conciencia, cuestionar la lógica de las cosas. No se si lo logro, pro es eso lo que intento. Puede sonar ambicioso, pero me mueve esa intención.
¿Qué huella te gustaría dejar?
Enorme pregunta. Creo que la huella que me gustaría dejar es la convicción que no existen imposibles, que tenemos el poder de transformarlo todo. O al menos intentar que eso suceda. Que no debemos quedarnos con la idea de que podría haber funcionado, sino con la satisfacción de haberlo intentado.
Que lo cotidiano no nos domestique. Demostrar que podemos mirar lo que nos acompaña diariamente como un redescubrir permanente.
Desarmar todo lo que tenemos por seguro para navegar por lo incierto, por lo desconocido para transformarnos de nuevo.
¿Cuál es tu definición de joyería contemporánea?
No se si tengo una sola definición firme. Me parece que a medida que pasa el tiempo la voy modificando… Creo que ya no la vinculo necesariamente con el cuerpo, o mejor dicho, como objeto usable, sino que me interesa pensarlas como piezas o ideas que desbordan ese cuerpo y se vinculan con el espacio.
Objetos que contienen emociones, ideas, historias para hacer circular.
Foto: Julio Gutiérrez
¿Cómo evalúas la situación de la joyería contemporánea en Argentina?
No me animo a hacer una evaluación. Pero creo que es una práctica que tiene muchas aristas. Algunos se ajustan a la técnica y lo usable, otros están muy agazapados al material precioso, al metal por sobre todo. Hay mucha joyería, o mejor dicho, joyeros que priorizan vender, por lo tanto se ajustan al mercado y a lo que está de moda.
Por otro lado también veo muchos espacios, especialmente en Buenos Aires, donde se dictan talleres y hay formación desde distintas perspectivas respecto a la disciplina. Eso no sucede para los que vivimos en el interior, en mi caso, Tucumán, donde la formación está mas vinculada con la técnica y son pocos los orfebres que dan clases. Siento que hace falta una mirada desde la joyería contemporánea propiamente dicha por estos lares.
¿Qué propondrías para un mayor desarrollo de nuestra actividad?
Pienso que está haciendo falta más riesgo, espacios de lectura y debate, más acción pública, más cruce interdisciplinario, menos energía en los espacios cerrados como única posibilidad de exposición y difusión de nuestra producción.
Dejar de pensar que las piezas no deben tocarse o morir de pánico pensando sólo en la posibilidad de que alguien las robe. Sería mejor horrorizarse ante el robo del gobierno que se lleva puesto al pueblo trabajador y no por una pieza.
Correrse del sentirnos copiados. Eso me parece ridículo y distrae el eje, es decir, dedicarle tiempo a la denuncia de copia y generar un debate en torno a eso me parece una pérdida de tiempo y una suerte de “joyerocentrismo” narcisista que la verdad, en lo personal, no me gusta nada.
No me gusta el lugar del “creador maximo”. Todos nos inspiramos y estamos atravesados por nuestra cultura, nuestras experiencias, que pueden ser comunes en muchos casos. Creo realmente que podemos abordar los mismos temas y que las producciones pueden o no parecerse y es solo eso. Creo que lo más importante es lo que vamos a contar, ahí radica la diferencia ¿qué tenemos para decir?
Luego la producción (si es comprometida y apasionada) continúa. Las copias se desvanecen en el tiempo. Insisto en que hay que poner la energía en otras direcciones.
Considero que los encuentros que borran fronteras como los simposios, las bienales, talleres, son enriquecedores para la formación de nuestra disciplina. Estar atravesados por el amor a la producción, por las experiencias de cada uno en lo cotidiano, en los deseos, en los proyectos, eso si me parece que es potenciador para crecer individual y colectivamente (al menos eso es lo que yo voy experimentando) y siento que cada encuentro de estas características me deja conmovida y toda esa información va decantando lentamente en mi para después poder repensar mi hacer.
¿En que trabajas actualmente?
Me resulta complejo y aburrido estar haciendo un solo proyecto. Ahora me encuentro acomodándome en lo personal ya que me mude hace poco y eso requiere todo un tiempo físico y emocional que claramente repercute en la producción de las piezas.
En la joyería estoy gestionando nuevos espacios y modificando, según estos, una muestra que hice el año pasado, EBULLICIÓN, con la que tengo muchas ganas de girar por diferentes provincias y países, recoger diversas miradas y compartir experiencias con compañeros de la joyería o de otros rubros.
Lo nuevo en lo que estoy no es tan nuevo... desde hace varios años atrás, precisamente 2013, vengo fascinada con el cabello, juntando el propio hace mucho tiempo. Estoy deslumbrada con el cabello humano como una fibra que nos crece a todos en la cabeza, en el cuerpo, con colores y texturas diferentes.
Junté el mío inicialmente y después como no era suficiente para tejer empecé a pedir donaciones y afortunadamente conseguí que me donaran una bolsa de colitas de cabello. Me escribió una peluquera que vio mi pedido por facebook. fui al lugar que me indicó y quedé maravillada ante tanta cantidad. Así que esa es la base de mi producción. De todos modos sigo pidiendo y de a poco me van dando, amigas, amigos, desconocidos... mientras, me va creciendo el mío y lo voy cortando, lo voy guardando.
Me interesa experimentar con materiales como el cabello por lo que provoca en una parte de la sociedad. El cabello en la cabeza es sensual y codiciado, fuera del contexto del cuerpo se vuelve asqueroso, mas aun si pensamos en los cabellos y vellos que produce el cuerpo femenino.
Me dijeron una vez que el cabello es también el lugar donde se depositan las caricias. Aún sigo buscando cual es el origen de tanto deseo y fascinación por él, mientras, avanzo en la producción.
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