martes, 25 de diciembre de 2018

ELEMENTUM JOYA---> De La Tierra: Rafier Vera



De La Tierra: Rafier Vera

En una calle cualquiera de la urbanización Los Chorros en Caracas, encontramos una pequeña pared rosa que esconde el taller escuela de Rafier Vera. Entrar a esta casa es llegar al hogar de este artista y hablar con Rafier es acceder a su mundo interior: un territorio de mecanismos, aparatos y máquinas cargadas de historias y anécdotas que él comparte con sus estudiantes y todo aquel que se acerca.

Las piezas de Rafier son como el espacio que él habita: generosas en significados y heterogéneas en función, “cosas” ubicadas en un territorio caótico que está entre la escultura, el objeto y la joya, elementos con mecanismos minúsculos que nos hablan alegre y directamente de él y su relación con su entorno. Son “Contenedores del alma” que nos hacen una invitación a usar más el corazón y menos el cerebro, collares que se arman con las púas de un puercoespín sacadas del hocico de su perra, objetos fabricados por máquinas con amor y desde el amor. Porque así es todo lo que hace Vera, desde su actividad como docente hasta su obra artística.

Nacido en Caracas el 1 de julio de 1970, Rafier es un autodidacta y, como muchos joyeros en Venezuela, tiene de una formación un tanto “ecléctica”. Estudia Seguros y posteriormente informática, en paralelo es admitido para cursar estudios de escultura en el Instituto Universitario de Artes Plásticas Armando Reverón. Estos últimos estudios no los finaliza ya que viaja a Barcelona, España donde, luego de haber trabajado como maquetista y orfebre, realiza estudios en escuela Massana. Entre los reconocimientos que ha recibido destacan: Ganador del Primer Salón Nacional de Orfebrería en Venezuela en el año 2005, miembro del patronato de la plata de Perú entre otros



- Elementum Joya: ¿A qué edad decidiste que querías ser orfebre?
- Rafier Vera: Cuando tenía como 9 años había un señor que trabajaba para mi papá que hacía pulseras con cerámica. Yo pasaba cierta cantidad de tiempo con él, tomaba sus pinzas y herramientas y armábamos cosas. Ahí me di cuenta que me gustaba trabajar con las manos. Algunos años después, me encontré con un muchacho que era una especia de leyenda de la zona donde yo vivía. Era una leyenda porque supuestamente había estado preso. Yo no lo conocía, pero un día lo vi y supe que era él. Ahí empezamos a hablar. Él me enseñó a identificar los metales y a cortarlos con tijera. Un tiempo después, empezamos a producir piezas y las vendíamos en “Arte Murano” ya que allí encontrábamos algunos autobuses llenos de turistas canadienses que compraban lo que hacíamos. Con eso teníamos dinero para comprar cerveza, cigarros... Era muy joven, andaba con una chaqueta con fleco y el cabello largo. 

- Elementum Joya:  ¿De ahí fuiste aprendiendo técnicas?
- Rafier Vera: Sí, pero después un muchacho que se mudó de Uruguay a Venezuela y su hermano me ensañaron a calar y hacer otras cosas ya que ellos ya tenían experiencia soldando y haciendo joyas. Un tiempo más tarde montamos un taller en la parte de atrás de la casa de mis padres. Recuerdo un día particular que leímos el periódico, era un día 13: el dólar pasó de 4 a 12 bolívares, era el año 1983... En fin, para mis padres era raro que yo pasara tanto tiempo haciendo pulseras y collares. Al final terminaron aceptándolo y ayudándome a comprar algunas cosas: mi primer motor colgante me lo regaló mi papá cuando yo tenía 19 años… Después adquirí algunos conocimientos gracias a mis primeros contactos comprando metales en un lugar llamado “Platino”. Ahí yo me sentaba a hablar con los otros artesanos y les preguntaba cómo hacer ciertas cosas. Eran viejos joyeros del centro, muy receptivos y abiertos que me daban consejos de los cuales aprendí muchas técnicas con sólo escucharlos.

- Elementum Joya:  ¿y en cuánto a la los estudios más formales...?
- Rafier Vera: Yo siempre estuve estudiando, mi papá me decía que tenía que estudiar porque de la joyería no iba a vivir. Empecé a estudiar seguros y luego informática y arte en la Reverón. Era una época dura: estudiaba en Los Teques informática, arte en la Reverón y hacía joyería. La escuela de arte no era fácil, en un primer momento fue todo un choque irme a la fotografía, a la instalación, a la escultura siendo joyero y orfebre de oficio. Yo siempre he creído que el lenguaje plástico es importante pero la capacidad de expresar con la habilidad, con el oficio, lo es mucho más. Pero me abrí las puertas a todo ese conocimiento, no me hice el duro. Pasar por toda esa formación poética y plástica es importante, pero yo reconocía en mí una persona que tenía un dominio en un recurso: la plata.

- Elementum Joya: ¿En ese tiempo o antes asististe a alguna escuela de joyería?
- Rafier Vera: Asistí a la escuela de Patrick Doffini. En esa época veía revistas de moda y me preguntaba cómo podrían ser las joyas para los modelos de las fotos. También trataba de reproducir piezas que fueran iguales entre si…. Asistí al taller Patrick por recomendación de un colega y lo hice porque desconocía los términos. Yo enseñaba en una escuela en San Antonio de Los Altos llamada “Yagrumo y Arte”. y no sabía cómo se llamaban las técnicas ni cómo era la manera formal de enseñar. Empiezo a dar clases en esa escuela y uno de los acuerdos a los que llego es que me paguen un curso porque yo no tenía la capacidad de dar la información correcta a los alumnos. Esa fue la primera vez que me senté en una mesa de joyería. Yo sabía que era alta y que el metal no caía en piso, pero nunca había trabajado en una…Después participé en un taller que dictaba Rafael Bello y él me enseñó otras cosas. Allí empecé a preguntarme sobre las posibilidades del metal a través de las piezas orgánicas que estaba desarrollando ya que yo no quería hacer las cosas típicas. Un compañero muy querido si desarrollaba todas las técnicas de engaste, de remache, de dorado y dibujaba lo que iba hacer en clases un día antes. Yo me decía “Pero si el dibujo está tan bonito, para que va a hacer la joya, mejor lo deja así”... jajá

 Zarcillos. 
Una de las primeras piezas de Rafier Vera. 
Fuente: Fotografía suministrada por el artista

- Elementum Joya: ¿Entonces tú no dibujabas?
- Rafier Vera: Yo no dibujo, me cuesta dibujar. Soy un recolector, tengo una caja llena de cosas que encuentro y que luego ensamblo

- Elementum Joya: ¿Cuáles son tus detonantes afectivos? ¿Cómo abordas el proceso creativo?
- Rafier Vera: Yo soy muy inconforme y rebelde… quizás porque soy el hijo del medio… Creo que me crie muy independiente y. eso te lleva a pensar mucho siempre. Podría decir que estoy en un dialogo interno constante. Siempre me hago preguntas ¿Qué estoy haciendo? ¿Qué intento hacer? Además soy bastante inquieto y he tenido muchas etapas y exploraciones: la parte orgánica, después de la parte orgánica vinieron los vertebrados, los mecanismos, los juguetes.... en relación a los mecanismos recuerdo que mi papá a los 19 años me llevo a una chivera y me dijo: “ese carro que está ahí es tuyo”. Era un Volkswagen bellísimo que estaba como nuevo pero no prendía y le faltaban algunas piezas. De allí, aprendí mecánica y eso empezó a resolver algunas preguntas sobre de lo vertebrado: cómo se articula, qué es una rótula. Aunque eso lo empecé a desarrollar después.


- Elementum Joya: ¿El taller de micro mecánica que dictas en tu escuela es creado por ti?

- Rafier Vera: Si, es mi experiencia. Hay un libro que muestra algunas articulaciones y cierres, pero eso lo descubrí hace poco. Ese libro recopila algunos de los mecanismos aplicables a la joyería: rotula, cruceta, rosca, tornillo… Lo que fui desarrollando en mi obra decidí compartirlo, siempre lo he hecho.

- Elementum Joya: ¿Cómo fue el proceso en la Massana? ¿Estabas estudiando en la Reverón, no estabas...?
- Rafier Vera: Eso fue un momento en el que estaba algo estancado aquí en Venezuela. Estuve viajando 3 años antes de estudiar allí y vivía de la orfebrería. Me fui a Vigo y allí empecé a vender en las calles algunas piezas orgánicas, pero era una vida muy dura... Después me fui a Barcelona y empecé a identificar dónde estaban los orfebres. Luego un amigo me habló de la Massana. En un principio no me agradaba la escuela porque asistían muchas personas pijas con dinero y yo soy joyero de oficio, de la calle, no de escuela. Antes de eso trabajaba en una firma que hacía joyas para tiendas por departamento y para franquicias. Allí me pidieron que diseñara una primera serie de joyas basada en unas esculturas primitivas. Después desarrollamos unas joyas astrológicas. Hicimos los doce astros y los vendimos en una red de tiendas en Cataluña. Me pagaron dos o tres meses después aunque salí algo jodido porque ellos no cumplieron a cabalidad con su parte del trato. Con eso, y a pesar de ello, puede comenzar en la Massana. Entré y comencé a aprender nuevas técnicas, sobre todo a fundir que era lo que más me interesaba en ese momento. Posteriormente vi clases con Ramón Puig Cuyas, él me abrió la mente porque nos decía que la joyería no tenía nada que envidar a ningún arte, que nosotros los joyeros teníamos la posibilidad de hablar con la joya, de hablarle a la sociedad. Fue una buena experiencia… Recuerdo que llegaba con mis collares con materiales raros que no estaban aplicados a la joyería en ese momento: látex, liga, materiales que se disolvían… Empecé a desarrollar la obra y su temática, a comprometer mi espíritu desde la cuadra de la soledad y a desarrollar mi lenguaje plástico a través de los “Contenedores del Alma”. 







Contenedores del Alma. 
Fuente: Fotografías suministradas por el artista


- Rafier Vera: Después empecé a hacer El “Porta fetiches”. Yo viajaba con una caja llena de cartas, de cosas que me enviaban mis amigos y familiares. Tenía las fotos, las postales que me enviaban… estaba lleno de fetiches y no hallaba que hacer con ellos ¿Qué hago con esta caja? ¿Quién soy yo? ¿Por qué tengo que cargar con esto, con esta caja, con este montón de cosas? La obra se fue desarrollando por ese vacío que existe entre lo humano y lo estético. Empecé a darme cuenta que las joyas empezaban a contener y descubrí que la gente también así lo percibía. Vacié mis botellas y la gente comentaba “yo aquí metería veneno, cocaína, la foto de tal persona.”… Bueno, las joyas vienen vacías: un relicario, un portarretratos, un perfumero… y esa posibilidad de vender algo vacío y no algo que dice te quiero, te amo, te adoro, sino una obra que tienes tú como usuario que darle un sentido, que tienes que hacer que ella funcione; le llegó a la gente. Esa fue mi primera propuesta plástica junto con un collar que hablaba de la estética interna y externa. Después desarrollé un collar de ligas que se movía, algo medio sadomasoquista con una conexión entre la boca y el pene. Esa pieza la llevaron a Barna Joya. En ese tiempo yo no estaba formalmente en la clase de Ramón Puig y él me dijo “y ¿tú no vas hacer nada?” y yo le respondí “profesor yo ya tengo hechas las piezas”. Las llevé, las vio y se mostró complacido del trabajo.


Portafetiches (1997). 
Fuente: Fotografía suministrada por el artista



"Prótesis" 
parte del Catálogo de la primavera del diseño 1999 de la Escola Massana. 
Pieza en Látex con incrustaciones y cierre en plata. 
Fuente: Foto suministrada por el artista

- Elementum Joya: ¿Cuándo termina la Massana y decides volver a Venezuela?
- Rafier Vera: Cuando mi ex esposa queda embarazada. Ella insistió en que nos viniéramos a Venezuela. Llegué sin trabajo, le compré un carro a un primo y me puse a vender las frutas que se sembraban en una finca que mi suegro tenía en Petaquire. Yo no tenía contactos con los orfebres aquí. Además mi hija iba a nacer y estaban todos los gastos de maternidad, los pañales, además tenía el taller desmontado… en realidad no tenía taller. Ahí hablé con un colega y muy buen amigo y le dije “tengo este negocio: vamos a comprar unas máquinas de fundición y vamos a fundir y a dar clases”. La escuela se llamaba “Fusión.” Yo le quería poner “Falso Joya” pero a la familia de mi colega no le gustó el nombre. Ellos estaban aportando algo de dinero y decían que falso no era un nombre serio. Yo quería que entendieran que lo falso era el material, que lo genuino era el diseño y el material era la excusa. Ellos no entendían eso, insistían en que la palabra falso no le daba seriedad al negocio. Después visitamos “La Escondida” (una red de joyerías en Venezuela) y nos dijeron “Aquí tienen 7 kg de plata para que trabajen”. Eso fue en 1999, era plata mexicana: bolsas con cadenas y otras piezas dañadas que ellos iban acumulando. Sacamos un lote el primer mes y en ese tiempo tuvimos que fundir, reproducir, lijar… No descansábamos. Además mi hija estaba recién nacida y yo tenía todos los problemas que se tienen a los 29 años: fiesta, trabajo y el cuerpo no da para tanto. De ahí, aprendí a fundir a gran escala. Posteriormente trabajé con una diseñadora que producía las piezas que Carolina Herrera usaba en sus desfiles. También trabajaban allí otros joyeros. Recuerdo que yo hacía un diseño, me lo pagaban y días después habían 20 piezas iguales. Me di cuenta que era una explotación algo antipática ya que no me pagaban las piezas como diseño.

- Elementum Joya: ¿Trabajas solo?
- Rafier Vera: A mí me gusta formar equipos de trabajos aunque en ocasiones he tomado ideas que no son mías para desarrollar alguna línea que me interesa. Siempre uno toma prestado elementos de otros para poder complementar o para poder desarrollar otras formas y conceptos… He tratado de trabajar a dos manos, de hecho tengo varios proyectos. 


- Elementum Joya: Cuéntanos de los salones en los que has participado...

- Rafier Vera: Cuando gané el Primer Salón Nacional de Orfebrería en Venezuela, los participantes éramos muchos joyeros jóvenes rechazados por el Salón Nacional de las Artes del Fuego de Valencia… Algunos criticábamos mucho esa instancia porque tienes que tener trayectoria para que te premien. Pareciera que no hay una discusión sobre la joya o sobre el arte. A partir de eso, yo me planteé que tenía que participar activamente, así que me invitaron al segundo salón y propuse un tema de discusión: “La joyería como lenguaje plástico.” También participé en el salón de Jóvenes con FIA montando joyería como arte. Esa obra se llamaba “Siete puertas” que eran las siete puertas de mi alma y estaba conformada por siete objetos, todos colgantes y aunque no se podían portar eran joyas porque estaban hechos de la misma materia y con los mismos métodos que la joyería. Lamentablemente la crítica no habló de mi propuesta a pesar de que mi obra fue la segunda más visitada.

"Primordialmente Metal" o "Pollar". 
Pieza de ensamblaje con micromecanica y técnicas de cincelado, embutido y soldadura con madera de vera, plata vidrio hierro y porcelana. 
Fuente: (Ministerio de la Cultura, 2005)

Serie "Siete Puertas". Fuente: Rafier Vera
Serie "Siete Puertas". 
Fuente: Rafier Vera

Serie "Siete Puertas: Agonía". 
Fuente: Rafier Vera

Serie "Siete Puertas: Mucho cerebro, poco corazón"
 Fuente: Rafier Vera

Serie "Siete Puertas: Juramento Hipocrático"
 Fuente: Rafier Vera

Serie "Siete Puertas: Mi Altar"
Fuente: Rafier Vera

Serie "Siete Puertas: La solución es más grande que el problema"
Fuente: Rafier Vera

Serie "Siete Puertas: La solución es más grande que el problema"
Fuente: Rafier Vera

- Elementum Joya: ¿Fueron cediendo los joyeros? ¿Fue evolucionando, cambiando la obra?
- Rafier Vera: Hay mucha crítica porque ven una pieza y quizás no la entienden. Ahí, yo les despliego la obra les digo “juega con ella”… Sienten curiosidad por lo que haces y te das cuenta que la propuesta es consistente. La obra ha cambiado de tema y de materiales. Primero fue el vidrio y el contenedor, después trabajé modificando el vidrio un poco por sugerencias y por compromisos expositivos. Ensamblar vidrio para mí era un reto ¿Cómo corto vidrio? ¿Cómo lo lijo? ¿Cómo hago para que no se rompa? ¿Cuáles son las técnicas que se emplean para ensamblarlo? ¿Puedo soldar plata sobre vidrio sin que se rompa? Entonces empecé a investigar cómo se funde, aunque no hacia fundición del vidrio, pero quería saber cómo resistía calor. Coño, hacer un collar completo de boquitas de botella todas soldadas, ensamblar, soldar argollitas en una medusa gigante... esos son retos técnicos, pero cuando ves el resultado quedas satisfecho.


Fotografía 15: Medusa Parlamentaria. 
Objeto de ensamblaje en plata y botellas de vidrio. 
Esta pieza era participativa, la gente colocaba mensajes dentro de las botellas.

Rafier Vera: Luego, cuando nacieron mis hijos más pequeños y tuve una etapa de juegos. Trabajé mucho con juguetes, relicarios y mecanismos empleando acrílico y color.

Pieza en acrílico. 
Fuente:Rafier Vera
Pieza en acrílico termoformado
Fuente: Rafier Vera

- Elementum Joya: Pero tú eres conservador en tu trabajo…
- Rafier Vera: Mis luces siempre han sido contra el uso del metal como el material exclusivo de la joyería. Yo creo que la joyería es el oficio, el hacer, el desarrollo en la mesa del joyero a través del uso técnicas, argumentos, ensamblajes... Creo que en el hacer y en los métodos de fabricación sí soy conservador ya que creo que es importante preservar las técnicas de trabajo, pero los materiales tienen que cambiar ya que estamos viviendo en un mundo en constante evolución, no podemos seguir usando oro y piedras preciosas y todos quieren usar esos materiales a pesar de que existen otras propuestas. Vivimos en una sociedad donde los jóvenes no tienen una concepción de la joya relacionada con su entorno, sus vivencias o su sentir. Muy poca gente se atreve a ponerse una cosita de plástico en el cuello. Hemos tenido poca difusión en Venezuela y creo que cualquier cosa que difunda la joya, la necesidad de ser, de expresarse, de decir; mantiene la cultura. Uno no ve muchachos con joyas. ¿Tú ves chamos con joyas en la calle? Por eso a mí me gustaría dar clases en escuelas con más difusión y alcance y después crear una escuela de formador de formadores, para que eso formadores enseñen en otras escuelas joyería. Por ahora no son tan importantes los conceptos y el arte sino difundir el oficio para que la gente tenga herramientas para trabajar.


Objetos utilitarios desarrollados por "Taller de la Tierra”
Rafier Vera / Alicia Armand. 
Fuente: Rafier Vera

- Elementum Joya: ¿Y cómo empezó el Taller Escuela de la Tierra?
- Rafier Vera: Fue a través de Alicia Armand. Ella tenía dos peruanos trabajando con taparas y plata, haciendo unos trabajos muy bien acabados con ambos materiales. Cuando conocí a Alicia vi que era una buena oportunidad porque ella tenía un gran manejo de materiales y recursos que yo podía usar para desarrollar mi obra. Por otra parte, pude aprender otras cosas ya que ella me habló de las tallas de Barquisimeto, los cocos, las palmas, las ikaras indígenas y cómo ella quería que yo integrara la plata a esos elementos para darle luz a maderas preciosas y materiales autóctonos. Después Alicia se retiró y yo transformé el taller en taller – escuela ya que enseñar lo que se ha aprendido es una forma de intentar devolver lo que te han dado... Además, dar clases me gusta ya que me di cuenta que aprendo más, que aprendí más, dando clases que recibiéndolas. Cuando tienes un alumno inquieto se aprende más de él que de cualquier profesor porque exige que tú investigues. Cuando yo trabajaba con Alicia, ella me podía haber dicho muchas cosas que ella quería de la pieza pero cuando la llevaba y ella decía “Esto es lo que yo quería,” sabes que estas poniendo de ti en el trabajo, que estas tratando de pensar qué es lo que ella quiere, de leerla. Con un alumno pasa igual. Cuando tengo alumnos más avanzados que empiezan a preguntar sobre desarrollo, ellos están pidiendo más de mí que técnica. Entonces, yo a veces dudo, pero en ocasiones les doy lo que demandan porque creo que ellos pueden hacerlo. Tener un alumno o dos así siempre es grato aunque sé que todos vienen a aprender, a descubrir; por eso siempre estoy viendo qué le puedo agregar al curso para que cambie, evolucione y tenga un resultado más rápido.

- Elementum Joya: ¿Qué otras experiencias has tenido como docente, instructor, profesor?
- Rafier Vera: Di clases en el museo de Arte Contemporáneo. Un colega estaba dirigiendo el área de educación de esa institución y me invitó a dar unos talleres. Le propuse dar el taller de micro mecánica con mis herramientas ya que el museo no tenía. Cuando llegué eran 30 alumnos: demasiadas personas para un taller de ese tipo. El hecho es que los vi a todos y dije “yo no soy capaz de botar a ningún alumno de aquí para poder dar el taller. Yo sé que el museo los recibió a todos y ya cobró. Yo lo que puedo hacer es dar teoría de la Joyería” A partir de ese momento me puse en el pizarrón y empecé a hablar. Fueron 4 horas de preguntas y respuestas: que si la rótula, este remache aquí, este remache acá, esto lo hice así… al final un señor me dijo, “Cónchale, nunca había aprendido tanto de joyería como hoy”…Lamentablemente la enseñanza de la joyería en Venezuela se ha convertido en otra cosa ya que nosotros desde las escuelas privadas estamos en un mercado de cursitos donde la gente comenta “yo hice el curso de tal, yo hice el curso de cual”. Además, estamos viviendo en un ambiente donde no hay difusión de lo que se hace y tampoco hay un trato noble a los orfebres: uno es un proveedor más de mercancía para la venta en los espacios expositivos. Yo creo que el Taller Escuela de La Tierra debe abrirse no sólo para los orfebres, sino para la sociedad, para los nuevos requerimientos de país que tenemos. No tenemos mentes jóvenes, la gente pudiente es la que hace, la que paga los cursos, la que tiene las herramientas. Tenemos que abrir otros caminos para que el oficio se mantenga vivo. 

- Elementum Joya: Entonces el reto ahora es hacer la escuela de formación de formadores e incentivar a los jóvenes a que aprendan el oficio
- Rafier Vera: Si pero y ¿cómo se hace eso? A través del Estado. Uno trata de acceder a esas instancias y está de por medio la política. Además hay que cumplir con un montón de requerimientos. Por ejemplo, hace poco me llamaron para realizar una obra para la Bienal del Sur del estado Bolívar y me dieron las pautas de lo que ellos quieren que yo haga... Tú me pides un proyecto educativo y yo lo formulo, pero si me pides una pieza donde yo me comprometa, tienes que conocer mi obra. Entonces tengo que sentarme con ellos a discutir porque ¿cuál es el interés del Estado y cuál es mi interés? ¿El interés del estado es darle valor agregado a los metales y crear una producción de oro en Venezuela para poder exportarlo? Yo me imagino que eso es lo que ellos buscan y aspiran hacer con las instituciones que han creado. Tú te pones a ver los números internacionales y te das cuenta que esto teníamos que haberlo hecho eso hace años. Para muestra está La India que tiene mil millones de habitantes, es el primer productor de oro del mundo y no tiene minas, sólo trabajan el oro y lo hacen como quieren porque formaron a la gente, ¿por castas? si, es cuestionable ¿Qué los niños trabajan desde los 8 años? Si, lo hacen y esa es la realidad de los países subdesarrollados los chamos trabajan desde niños. Aquí tú ves muchachos que no juegan, que comen de la basura, que están pidiendo dinero en las calles: eso es lo que estamos viviendo. Pero por otro lado hay jóvenes que tienen 25 años y no saben hacer nada. Por eso hay que crear alternativas, hay que buscar que esas pequeñas escuelas municipales, que todo ese proyecto que ya está formulado, se ejecute. Y eso es posible en cada rincón de Caracas, del país… Es posible, yo tengo el proyecto. La cuestión es que hay que reunirse con las personas que tiene poder de decisión y aprueban los recursos... Yo me he sentado con muchachos en mesas en complejos del Estado. 

- Elementum Joya: ¿Dónde has hecho eso?
- Rafier Vera: En las Amenidades Urbanas en la Avenida Bolívar de Caracas, en el Barrio El Pedregal en Chacao y en el municipio Revenga con la Fundación Santa Teresa. Ahí empezamos un proyecto con la gente de la comunidad que lo financió en un principio Santa Teresa y luego el Ministerios de Tierras. Luego hicimos una exposición que se llamaba algo así como “Joyas de esta tierra”.

- Elementum Joya: ¿Escribes, reflexionas, teorizas, sobre la joyería?
- Rafier Vera: Lo he hecho… cada vez que me siento a escribir textos que debo publicar o que me invitan a una exposición a decir unas palabras. Aunque siento que estoy más loco que antes, esa es la realidad, y una de las cosas que me mantiene con juicio dentro del oficio es dar clases ya que puedo vivir todo el proceso de creación a través de otras manos y otras inquietudes… Tampoco ha existido una indagación bibliográfica o una búsqueda de referentes porque nunca he usado muchos ya considero que vengo de la poética del pensar, del sentir, del vivir más que de referentes o de investigar para desarrollar propuestas.

- Elementum Joya: ¿Que entiendes por contemporaneidad?
- Rafier Vera: Yo no sé lo que es contemporaneidad. Si me pones a indagar sobre eso o a tratar de pensar qué es la contemporaneidad no sabría qué decirte ya que realmente no sé si es de mi interés. ¿Qué entiendes tú sobre contemporaneidad? ¿La forma de pensar, la relación de la sociedad con su entorno y la joya? Yo siempre he tenido los conceptos básicos de si es ostentoso o no, si cumple con lo que yo quiero decir o no, si tiene una estética alegórica a otro oficio como la medicina o la arquitectura… Mis asociaciones son más por referentes visuales y ahí los materiales cumplen su función según su forma su peso, su color, su volumen, su tacto… son cosas visuales y sensoriales

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Entrevista realizada por Hadasa Noguera y Andreína Rodríguez Seijas para Elementum Joya
Fuente:
Ministerio de la Cultura. (14 de Agosto de 2005). 1er Salón Nacional de Orfebreria. 1er Salón Nacional de Orfebreria. Caracas, Distrito Capital, Venezuela: CONAC.